Alejandro Murat: Con su renuncia, consuma la traición al PRI y a su otrora hermano Alejandro ‘Alito’ Moreno

Héctor Calderón Hallal

El reclamo aquel de Antonio Plaza, gran poeta guanajuatense del siglo XIX,
hecho poema, en el que retrata los vicios, las imperfecciones, la mezquindad
de una clase política que no por reformista o liberal, ni por conservadora o
eurocentrista escapaban de los peores vicios del hombre contemporáneo,
vinculados todos a la ambición y al egoísmo, obligó al suscrito a una modesta
reflexión: Hoy, más que nunca tiene vigencia la denuncia social aquella
contenida en su poema clásico “La Voz del Inválido”, sobre los cortesanos y
los hombres que viven en –y para- los entretelones del poder público.
El más reciente capítulo de oprobio y vergüenza mediáticos, por significar
traición, deslealtad e ingratitud, lo personifica el todavía mocetón
exgobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa, hijo de José Murat
Casab, también exgobernador y extodo… y quien se da el gusto de fungir
como presidente de la Fundación Colosio, hoy prácticamente clausurada,
para vergüenza y coraje de priístas, intelectuales, académicos y colosistas.

Y es que en días recientes, el vástago Murat Hinojosa renunció a la militancia
del que fuera el partido que lo llevó al poder, el PRI recientemente, al igual
que a su padre, solo que hace dos décadas aproximadamente, en 1994.
Y lo hizo porque simplemente, el PRI le negó por esta vez el capricho de ser el
candidato presidencial de ese partido como del Frente Amplio Por México y,
porque seguramente, no vio clara la posibilidad de convertirse en senador de
la República y además en el relevo al frente del CEN del PRI, de quien fue a lo
largo de su vida, desde la adolescencia hasta hoy, un gran amigo: Alejandro
Moreno Cárdenas.
Lo que nos confirma que cualquier militante de ‘a pie’ o cuadro de ese
partido ‘sin padrino’, se encuentra imposibilitado, inválido, lisiado, de frente
a cualquier capricho o disposición febril, de esta nueva clase política que aun
en ciernes, quiere imponer su voluntad y su capricho al precio que sea.
Todos estos nuevos “cachorros o bisniestos de la Revolución” poseen varios
denominadores comunes: no conocen el esfuerzo, ni el mérito para alcanzar
sus objetivos de vida; les gustan las cosas “rápidas y siempre a su favor”, al
“chasquido de sus dedos” y curiosamente… increíblemente, piensan igual
que como piensan los militantes del partido que dicen combatir… sí, los de
enfrente… los de Morena; los de la izquierda populista que pretende borrar
de un “plumazo” en esta su muy peculiar revolución, las ideas más
consolidadas y estructuradas, surgidas del evolucionar científico y formal del
positivismo, como corriente filosófica.
Estos nuevos revolucionarios de “pedrada” y sainete, que ante el fracaso del
materialismo histórico y postrados ante un mundo que clama por el fin de las
ideologías y de los fundamentalismos, pretenden sustentar la lucha por el
poder en el discurso crítico que pugna por el respeto a los derechos
humanos, por la democracia sin adjetivos y por la valoración de las minorías.
Al parecer son esos mismos, los que inspiran a los priístas “traidores” que
igual que llos, no respetan reglas; se ríen de cualquier forma establecida de
normatividad y desprecian cualquier formalidad que tangiblemente nos
arroje un conocimiento.
Son todos ‘al revés’…. Tienen al mundo de cabeza… y como dijo Antonio
Plaza: “Tienen las orejas en los pies… por lo que esperan siempre que el
pueblo tenga el talento en las corvas”…

Este sábado, el júnior Alejandro Murat Hinojosa, renunció a su militancia en
el PRI, por no estar de acuerdo con sus reglas y acuerdos que asume.
Es una especie de “chairo muy elegante” disfrazado de priísta, que reniega de
la formalidad de las reglas.
Otro suicida político que se la cree …. Y asume “que merece” tomar el poder
por asalto… y “a como dé lugar”.
Partamos de una cosa: El Frente Amplio Por México tiene sus reglas y sus
acuerdos y estos deben respetarse.
Y quienes participan legítima y formalmente deben ceñirse a esa
normatividad estando conscientes de que solo un aspirante será el o la
elegida. Renunciar al PRI por despecho arrebatado, por no haber sido el
escogido para alguna posición, muestra no solo pequeñez en la estructura
mental de quien sigue esa conducta; denota una avaricia por el poder
absoluto y una especie de soberbia criminal de parte de quien la ostenta.
Porque a ver… Recapitulemos: ¿Cuánto no han logrado Alejandro Murat en el
PRI?
Alejandro Murat Hinojosa, ha sido en su corta vida y gracias a la línea
dinástica de sucesión en ese partido, que al parecer es una fuente del poder
también: Diputado Federal, alto funcionario en el Gobierno de Enrique Peña
Nieto en el Estado de México y Director General del INFONAVIT, también con
EPN pero ya despachando en Los Pinos. Además de Gobernador de Oaxaca.
Aunque cabe señalar que Murat Jr., se entregó a los brazos presidenciales
desde hace cinco años, traicionando a EPN.
Baste saber que el Estado más visitado por Andrés Manuel Lopez Obrador es
Oaxaca y con mucho. A tal grado que el propio presidente lo “candidateó” 
para la presidencia de la República y hubo quienes pensaron que Alejandro
Murat sería incluso el plan B del propio “mesías de Macuspana”.
Se necesita hoy día “tener un estómago e hígado de acero” para ser dirigente
nacional del PRI, para sonreirle y convivir con la empatía mínima necesaria,
con gentes Alejandro Murat.
Desde aquí mi reconocimiento para el dirigente nacional del PRI, Alejandro
Moreno Cárdenas, por su temple, su hígado y su estómago tan bien

entrenados… capaz de dominar las náuseas con esa versatilidad frente a un
político como el que señalamos líneas atrás.
Cabe destacar, que ‘Alito’ Moreno logró la incorporación al PRI de tres
senadoras: dos de Morena  y una más del PT .
Y por el contrario, contrariando la voluntad del dirigente nacional Moreno
Cárdenas, Alejandro Murat Hinojosa entregó la gubernatura mediante
detestable método de ungir al priísta menos aceptado por el electorado y
dejarlo solo sin apoyos de índole alguna… ¿Quién suma aquí…y quién resta?
El muchacho oaxaqueño pactó y seguramente pronto tendrá su recompensa,
que no será una embajada o un consulado como aceptaron los indefendibles
gobernadores de Sinaloa, Sonora, Campeche, Quintana Roo e Hidalgo.
El Estado de México y Oaxaca se han de cocer aparte… “seguramente”; dado
el cariño entrañable, el reconocimiento y la simpatía personales que les
profesa el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Aquello fue una imprudencia política calculada y de proporciones mayúsculas
de parte de los Murat para presionar a ‘Alito’, pues deseaban que la
candidatura presidencial priísta recayera en el júnior oaxaqueño, pero la
astucia de ‘Alito’ lo impidió y la fractura entre ellos y el campechano se fue
zanjando hasta llegar al momento actual que  conlleva a pensar, que José
Murat Casab también podría dejar el PRI en fecha próxima; porque la “sangre
hierve”.
Hay además acusaciones de corrupción que quien esto escribe no
mencionará mientras no tenga las pruebas; pero existen sendos
señalamientos que con el tiempo aflorarán.
Alejandro fué Diputado Federal, Director del Sistema de Radio y Televisión
Mexiquense bajo el Gobierno de Enrique Peña Nieto, quien siendo
presidente de la República lo impuso en el Infonavit como Director General,
habiendo dejado un penetrante tufo a “azufre” en la institución, que se
supone es de los trabajadores.
Ahí hubo corrupción de sobra en aspectos jurídicos, alentados por abogados
y notarios públicos vendidos, que traficaron con las viviendas que tenían
adeudos con el Infonavit. Hay pruebas de sobra de enriquecimientos
exponenciales donde la mano oaxaqueña estuvo metida. 

¿Y qué decir del mega asunto del pago de los cinco mil millones de pesos que
tuvo que sufragar a abogados el sucesor de Alejandro Murat, David
Penchyna, en aquella institución? Tema no suficientemente aclarado pues
ahí, hasta el Fiscal General de la República se vio involucrado al mostrar
antge AMLO y en la mañanera, dos cheques por supuestos  dos mil millones
de pesos que resultaron sin fondos y, que eran aparentemente como parte
de la devolución por una notable acción fraudulenta que enriqueció a varios.
Por cierto, esta es una asignatura pendiente todavía de la Auditoría Superior
de la Federación, que encabeza el también oaxaqueño David Colmenares.
Mientras tanto, el exsenador Penchyna se defiende argumentando inocencia.
El penoso asunto, se inició bajo la dirección de Alejandro Murat y Penchyna
fue forzado a erogar la monumental suma. Pero el tema no está concluido.
Este es Alejandro Murat, quien recibió como premio la gubernatura de
Oaxaca donde aparentemente fue un buen gobernador, pero donde factores
exógenos se le imponían en la acción de gobernar.
Podemos afirmar, que la historia de los Murat amerita –sin temor a
equivocarnos- escribir y publicar un libro de muchísimas páginas.
Por ahora es de justicia reconocer, a “cielo abierto”, que lo que le ha hecho
Alejandro Murat al PRI y a su dirigente nacional con su renuncia y sus
declaraciones, tiene varios sustantivos, para no citar los adjetivos
correspondientes: traición, deslealtad, ingratitud, perversidad y entreguismo.
¿Y qué decir de la renuncia de Adrián Ruvalcaba por razones similares a las
de Murat Hinojosa?
De eso nos encargaremos en próxima entrega.

Autor: Héctor Calderón Hallal

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