AMLO, en la torre… de Babel

Gilberto Celis

Por Gilberto Celis

Uno del común, precisamente por serlo, sin andar obcecado en quien me la hizo la pague, aun no entiende bien la diferencia entre estar alucinado o sentirse iluminado, pero cree en las palabras de quien describe muy bien la miseria del pueblo neoliberado; aun cuando enfrentan las inversiones de millardos de dólares que indudablemente no se hacen en un país pobre. De ahí que en la confusión, y a cinco meses de gobierno del Padrecito Andrés Manuel López Obrador, no tenga la vara de hechos para medirlo.

— ¿Intenta decir que gobernabilidad es cuando un gobierno acredita con hechos la finalidad para la cual fue establecido y que el cumplimiento de esa su responsabilidad ha de ser la vara para medirlo?
— Es que con eso que todos somos iguales y así los dineros se dan a quienes no son in una cosa ni la otra, a colegiantes sin importar no sean estudiantes…
—… ¿en el disfrute del poder satanizar en el contrario todo lo que practican y sentenciar victimarios llamándose víctima?
—…sí, sí, y que al jalar cobijas y rasgarse vestiduras, desnudos se ven todos iguales.
— Pues las grandes inversiones extranjeras siguen explotando abiertamente los recursos nacionales de cielo, mar y tierra, y los nuevos emprendedores se incorporan a los viejos; o sea, nada ha cambiado para ellos.

A QUIÉN MIDE LA VARA DE QUIÉN

Es que los del común escuchamos una y otra palabrería y todo parece burla y maña de los mismos; porque en la 4ª Transformación solo los operadores han cambiado y la famosa medianía republicana de Juárez ni para notar alta traición al Padrecito AMLO.

— Y todo esto para qué.
— Pues AMLO ya es Presidente de México y a seguir sacrificando libertad y dignidad; porque algo tenemos que empeñar los del común para seguir sobreviviendo.
— Que no es por nada, pero ser legislador o edil de la 4ª Transformación no parece tener propósito alguno que poseer su propio coto político para influir en MoReNa y afianzar candidaturas para la próxima elección.
— Y ahí está el problema, porque ese propósito supone ha de enfrentar la voluntad originaria de Andrés Manuel López Obrador y la dirección política del ahora Presidente de México.
— Mire, no es por nada, pero como que los operadores nos están llevando a la orilla opuesta de lo que AMLO pretendía.
— Y con esos operadores cómo podrá entonces el Padrecito Andrés Manuel a través de MoReNa mantener el encantamiento en los del común.
— ¿A poco no sabía que fiel a su naturaleza el escorpión pica su propio lomo?

LA CUNA DE BABEL

Deje usted eso, es que la representación AMLO se ha vuelto de una retórica harta repetitiva; y la acción es abiertamente manipuladora; y así, los Ricardo Monreal, René Bejarano, Yeidckol Polevnsky, por mentar a los suyos, al fraccionar debilitan la fuerza política electoral del mas de aquel 50 por ciento de votos obtenidos por MoReNa.

— Se muestran como gestores de una traición al mecer la cuna.
— Así, MoReNa deja de ser MoReNa.
— Y la mayoría legislativa se hace minoría y urgida de la generosidad de otros partidos a través de alianzas y pactos.
— Pues esa legitimidad supuestamente establecida con la relevancia de la conversión para ser aceptados en MoReNa, esa creencia es la ruina de la razón.

LA TORRE DE MoReNa

Ese andar de cada quien en su propio aire, pero en principio unidos en el deseo de conquistar y mantenerse en el poder, hace presente aquella torre que alcanzara el cielo y para su construcción se planeó recurrir a un mar de operadores con propias pero distintas lenguas que se unieron en la misma obsesión.

— Aún conversos y arrepentidos de sus pecados en su partido político de origen, cada chapulín bi hizo uso de su propio modo y forma de operar.
— Y, alcanzado el objetivo, la naturaleza de cada uno hizo sentir a las partes el todo, el todo.
— De manera que la ambición y soberbia empezó a confrontarlos y dar lugar a la confusión, no entendimiento y alejamiento del objetivo principal, el conquistar y mantenerse en las alturas del poder.
— ¿Será, brody?

— Por eso le digo.

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