Cómo vivir estos tiempos

Observemos ahora todo lo que acontece en el mundo y como experimentarlo.

La pandemia, la crisis económica, las malas decisiones y acciones de los gobernantes, la desinformación de los medios de comunicación resulta en confusión, división, separación, miedo, incertidumbre.

No podemos negar lo que estamos viviendo pero si podemos hacer una diferencia entre vivirlo o ser arrastrados por las circunstancias. Cada quien tiene la opción de elegir.

Nuestro poder está donde ponemos la atención. La mente que abruma se instala cuando no consigo pararla.  Es como el dolor que mientras más se observa más duele, el enojo que se vuelve ira, el rechazo que crea odio o el miedo que se convierte en ataque de ansiedad.

Retirar la atención permite respirar y lograr pequeños instantes de paz que harán toda la diferencia en nuestra salud mental y emocional. Y para el mundo será también un respiro.

El cuerpo es el campo de batalla para las guerras que suceden en nuestra mente. No estamos limitados por nuestros genes sino por nuestra percepción y nuestras creencias. (1)

El estrés es una respuesta biológica destinada a brindarnos protección ante los peligros ambientales. Para que un organismo se conserve sano necesita mantener un equilibrio entre desarrollarse y protegerse. A pesar de que el estrés pueda ser bueno en un momento, si este se extiende puede interferir con nuestro desarrollo a nivel celular. (2)

Las hormonas del estrés coordinan la función de los órganos corporales e inhiben los procesos de crecimiento, suprimen por completo la actuación del sistema inmunológico. Una respuesta de protección mantenida inhibe la producción de energía necesaria para la vida. (3)

Lo que vemos no solo sucede afuera,  porque hay un intercambio entre lo que pasa afuera y lo que respondo desde mi interior. La energía que emanamos todos, en vibración de  pensamiento y emociones, contribuye al miedo o al amor.

La química que provoca la alegría y el amor hace que nuestras células crezcan, y la química que provoca el miedo hace que mueran. (4)

Los pensamientos positivos son un imperativo biológico para una vida feliz y saludable.(5)

Quizá entendamos que todos somos uno, que estamos interconectados. Sino es el caso al menos sabremos que: lo que hago al otro me lo hago a mí mismo, porque la intensidad del enojo que dirijo al otro, es la misma que experimenta mi cuerpo y atenta contra mi salud. Lo mismo sucederá con cada emoción sea de amor o de miedo: el cuerpo estará en sintonía con su vibración.

Por ello cito continuamente Un Curso de Milagros porque me ofrece una opción mediante un método de autoestudio para observarme como observadora en el presente y darme cuenta que la percepción, al ser una interpretación, puede ser peor que la “realidad”.Y me recuerda que el amor es la mayor vibración que puedo experimentar, no como una emoción sino como un estado de conciencia de “estar en el mundo” y de “verme a mi misma y a los demás”

Un minuto de ira debilita el sistema inmunológico de 4 a 5 horas.

Un minuto de risa refuerza el sistema inmunológico durante 24 horas

Cuando comprendamos que las creencias y pensamientos positivos o negativos controlan nuestra biología, podremos utilizar este conocimiento para forjarnos una vida saludable y feliz. (6)

Todo esto no lleva a la inacción, sino desde donde actúo. Desde la serenidad mi cuerpo no tendrá que sufrir el estrés del miedo o la confusión.

Entonces haz ejercicio, respira, cuida tu alimentación, revisa tus creencias y sé consciente de tus pensamientos y sobre todo no te aísles, nuestro organismo depende de la cooperación para mantener la “vida”.

Tal vez te consideres un ente individual, pero como biólogo celular puedo asegurarte que en realidad eres una comunidad cooperativa de unos cincuenta billones de ciudadanos. (7)

Tere Hernández.

(1-7) La biología de la creencia. Dr. Bruce Lipton. Biólogo y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Wisconsin. También trabajó como investigador de la facultad de medicina de la Universidad de Standford, donde llevó a cabo estudios sobre cómo los genes se adaptan a su ambiente. En la actualidad, organiza talleres internacionales en los que aborda cómo las personas pueden usar su mente para mejorar su salud. En 2009, recibió el Premio Goi Peace y la revista británica Watkins Mind Body Sirit lo reconoció entre las cien personas más influyentes en los temas de espiritualidad y paz mundial.