Creas o fabricas

Vives diariamente desde la “individualidad” de tu mente racional, y crees que tu ser espiritual es cosa aparte.
Crees que basta con dedicarle un par de horas, con suerte diariamente, con un rezo, un acto religioso, estudio, yoga o meditación para luego volver al “mundo real” a atender “la vida”, desde lo que crees ser: abogad@, médico, hombre, mujer, padre, jef@, emplead@, etc. Desde el especialismo y la separatividad de ti mismo, desde el “Yo” hago, “Yo” siento, que son solo conceptos que muestran un aspecto limitado del infinito Yo Soy. 

Entender que vivimos creyéndonos un cuerpo, separados de toda la creación, es aceptar vivir en desarmonía, conflicto y enfermedad. Un sueño de separación en el que proyectamos nuestro miedo y culpa en los demás.

Nos sentimos separados, atacados, y no es sino el reflejo de lo que estamos experimentando internamente.

Cuando sueñas que alguien te persigue, te ataca, te mata, eres consciente de que no fue real, que lo soñaste y no tienes que perdonar a nadie, ni siquiera a ti mismo porque fue solo un sueño.

Sin embrago, creemos vivir despiertos y ser víctimas de todos continuamente. Lo que otro expresa o hace no tenemos que aceptarlo o creerlo, pero tampoco convertirlo en un ataque. Pues desde donde te percibes, vives y manifiestas, fabricas o creas.

La mente unida crea y está en paz. El ego fabrica infelicidad. Es por ello que solo al lograr un cambio en el estado de conciencia que es salir del sueño, al disponer la mente se posibilita experimentar un cambio en el mundo exterior.

Porque ¿qué es el mundo sino el conjunto de mentes que lo crean?

Millones de personas proyectando separación, miedo y ataque… ¿y te sorprende el mundo que ves?  Recuerda que cada día decides ser o no una de ellas.

La verdadera transformación y curación es sanar la mente.

Es un cambio que requiere compromiso contigo mismo, una disciplina constante en vigilar tú mente, elegir un camino de entrenamiento mental, pedir y aceptar ser guiado por la voz correcta para reinterpretar la realidad. (1)

De alguna manera todos podemos ser un “Coach” de vida a través de cómo nos mostramos. 

Ser un Coach Consciente es mucho más poderoso que ser un Coach Certificado: No es lo que decimos, es vivirnos en unidad de coherencia y congruencia.(2)

Las palabras pueden convencer pero el ejemplo vale más que mil palabras. Por eso es que se dice: Sé tú el cambio que quieres ver en el mundo (3)

El cambio implica una real necesidad de vivir, sentir diferente, convivir diferente. Requiere querer modificar los pensamientos aquí y ahora con ideas nuevas, basadas en querer ver desde una nueva perspectiva.

Los sucesos externos, comunes a todos estos días, son vividos de muy diferentes maneras. ¿Cómo puede ser?, quizá porque se han preguntado ¿cómo puedo verlo de otra manera?

La única cosa que puedes cambiar en una persona o una situación es tu forma de verla. 

Mantenerse en el nivel del miedo es continuar proyectando la responsabilidad afuera, que lo exterior determina tu vida, y que en nada depende de ti el mundo que observas.

Hoy por hoy queremos recetas, cambios instantáneos como la rapidez con que vemos pasar la vida. Todo lo que creemos saber no se basa en una experiencia directa de la consciencia sino en la aceptación de nuestro sueño de proyección que anula la propia creatividad para crear y vivir la vida.

Crecer, cambiar, transformarse, exige salir del estado de confort, pide volver a elegir, trabajar con la propia mente desde la honestidad para ver-te en el mundo que ves, para retarte y transformarte por medio de cada relación que entablas.

Porque nada brota de la individualidad, no se puede avanzar solo, cada relación es un vehículo para despertar y en la colaboración está la esperanza que sostiene a la humanidad.

Tere Hernández.

El viaje a Ítaca podría simbolizar el acto de transitar por la vida de principio a fin, para finalmente volver al origen.(4)

Itaca

Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti…

…Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano

en que llegues

-¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.

Ten siempre a Itaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino…

Extracto del Poema de Konstantino 

Kavafis

(1) UCDM
(2) Coaching para milagros. Raimon Samsó
(3) Ghandi
(4) Cultura inquieta