Inseguridad, herencia del desgobierno

Por Norma Meraz

Hoy en México, el azote de la violencia es la mayor preocupación nacional .
Las decisiones políticas sin base en buenas estrategias , son errores con lamentables consecuencias .

El entonces Presidente de la República Felipe Calderón Hinojosa , en un improntus, anuncia al país que acaba de enviar las tropas a combatir al crimen organizado a Michoacán- su Estado natal-.

¿Qué no imagino este señor que, con ese anuncio estaba avisando a los criminales del narco , se fueran antes de que llegaran los militares?

No, no lo pensó. En ese preciso momento, los narcos pusieron pies en polvorosa y, claro, cuando arribaron las Fuerzas Armadas , ya no encontraron a nadie.

Los cárteles empiezan a reubicarse a lo largo y ancho del país y se desata la violencia en todo el territorio nacional .

En este momento no hay refugio seguro para nadie .

El sexenio del Presidente Enrique Peña Nieto, centrado en el manejo de su imagen –negoció por demás rentable para los medios de comunicación que difunden lo que la oficina de la Presidencia quiere–, transcurre sin profundizar en la atención de los problemas de fondo para el país.

Al prenderse focos rojos en los Estados que hasta ese momento se consideraban tranquilos, como Guanajuato, Colima y Nayarit , el Presidente ordena a las Fuerzas Armadas , acudir a sofocar , lo que ya había llegado para quedarse.

A los Estados que ya tenían enfrentamientos entre cárteles por defender sus territorios productores y distribuidores de droga como Veracruz, Guerrero, Oaxaca, Puebla y Chiapas, el Presidente Peña – como jefe supremo de las fuerzas armadas-, gira instrucciones de que se envíen tropas a cada foco del país donde se presentan problemas de tráfico de drogas, tráfico de migrantes, de robo de combustible, descarrilamiento de trenes , etc.

Era tal la demanda de auxilio que, el número de militares estaba por escasear en el Campo Militar # 1.

No se conocen los datos oficiales de militares caídos en el cumplimiento de una misión que no estaba contemplada en la Constitución. El Ejército y Fuerzas Armadas, dice la Carta Magna, están para defender la soberanía del país cuando se encuentre en peligro y; para auxiliar a la población en caso de desastres naturales.

El Presidente Peña Nieto promulgó una Ley de Seguridad Interior que se encuentra en “pendientes“ de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

Mientras tanto, la milicia trabaja sin un nuevo marco legal .

La violencia ha llegado a un nivel tal que ahora miembros de la Marina han sido agredidos cuando iban a custodiar una manifestación “ pacífica”, al parecer de madres que reclaman la entrega de sus hijos desaparecidos en el sur de Jalisco .

¡Este hecho es un atentado vil a las Instituciones!

Son focos sumamente violentos que evidencian el desgobierno .
No sólo con discursos se condena la violencia y se defiende a las Instituciones .

Ha corrido mucha agua bajo este puente sexenal.

La arrogancia política ha permitido que crezca la inconformidad social , al no verse atendida por el gobierno.

Los mexicanos sufren por la opacidad e incapacidad de las autoridades para defenderlos de los embates del alza en los precios de los alimentos, la gasolina, el gas, la luz, el transporte, las colegiaturas en las escuelas particulares y también del alza en las cuotas en las escuelas públicas. También por los secuestros , asaltos, asesinatos y desapariciones.

¡El PRI, partido en el Gobierno , queda mucho a deber!
¡El proceso electoral que ya se encuentra en cuenta regresiva, es un proceso electoral emocional!

En los ciudadanos , reina el enojo y la rabia contra el “Sistema”. El ciudadano castigará con su voto a los malos y corruptos gobernantes.

El miedo se transformó en ira.

Entre los actores políticos , Andres Manuel Lopez Obrador, ha sabido capitalizar el “crimen sin castigo“.

En este ambiente político poco amable, se hace obligatorio desinstitucionalizar a los partidos y someter a una profunda higiene moral a la “ democracia mexicana” que, por cierto, padece orfandad ideológica .

Tal vez todo esto incomode , pero…

¡Digamos la Verdad!