Circuito Cerrado le documenta las traumáticas experiencias de una turista colombiana que vino a conocer nuestro país… y en pocas horas lo conoció: el infierno mismo, según sus propias palabras. Invasión de competencias del INM al Ministerio Público Federal. Abuso de autoridad y errores notables de interpretación de la Ley Nacional de Migración.
Redacción Circuito Cerrado.- Si en algún otro trabajo -de este medio o de otros- se ha tratado de presentar de la forma más objetiva posible, el grave daño (falta de capacitación, inexperiencia, perfiles inadecuados) que causan los nuevos empleados públicos federales, que han ingresado a la administración pública, a partir del 2018, como resultado de la ‘limpia’ que emprendió el entonces nuevo gobierno para dar cabida a los muchos operadores electorales que contribuyeron a la ‘operación para el triunfo electoral’ , con este trabajo, queda más que comprobado.
Los rasgos de autoritarismo y los complejos de inferioridad, afloran en el desempeño de la mayoría de los nuevos empleados y funcionarios del Instituto Nacional de Migración (INM), órgano administrativo desconcentrado de la Administración Pública Federal, dependiente de la Secretaría de Gobernación (Segob), que tiene por objeto la ejecución, control y supervisión de las acciones realizadas por las autoridades migratorias en territorio nacional, así como la instrumentación de políticas en materia migratoria con base en los lineamientos que expida la misma secretaría.
Que tiene en teoría como ‘Misión’, el fortalecer la protección y respeto de los Derechos Humanos y seguridad de las personas migrantes nacionales y extranjeras, con independencia de su nacionalidad o situación migratoria reconociéndolas como sujetos de derecho, a través de procedimientos migratorios eficientes, regulares, ordenados y seguros, así como de la instrumentación de políticas públicas en materia migratoria, con base en el marco legal.
Y como ‘Visión’, el consolidarse como una institución que salvaguarda el respeto a los Derechos Humanos de las personas extranjeras y migrantes durante su ingreso, salida, estancia, tránsito y retorno por territorio nacional. Asimismo, garantizar una gestión migratoria bajo un esquema de profesionalización de los servidores públicos, entre otros.
Con una Carta de Misión, Visión y Valores, que data desde el 19 de octubre de 1993 de su creación por decreto presidencial y que sigue un Código de Ética -por lo menos en teoría-, que se basa en 5 principios constitucionales, previstos en el artículo 6 del Código de Ética de las Personas Servidoras Públicas del Gobierno Federal: Legalidad, Honradez, Lealtad, Imparcialidad y Eficiencia/Eficacia.
Pero en este Instituto Nacional de Migración, dirigido por Francisco Garduño, un civil cuyo nombramiento llegó a albergar esperanzas de cambio y renovación en el servicio que brinda el organismo a la población, nacional y extranjera, al parecer han sido lanzadas por la borda.
La historia es esta:
Dahiana -N-, joven mujer colombiana de casi 22 años, quiso venir a conocer el país ‘hermano’ del suyo, del que tantas referencias tiene por sus padres y abuelos, en la notable influencia que tuvo este país de América el Norte en la cultura popular durante el siglo XX, a través de sus diferentes medios masivos de difusión masivos, como el cine, la música, la literatura, entre otros.
Un país del que ‘se enamoró’ materialmente, por lo que desde entonces ha hecho varias visitas, al sureste particularmente, sin complicación alguna.
Aprovechando que de data reciente, sostiene un romance con un joven mexicano, quien la esperaba en la capital de Puebla, donde él reside, decide viajar de nuevo a nuestro país, realizando una previa visita a la cuna de la civilización maya, en la península de Yucatán, para después hacer el viaje a la capital poblana y darle una grata sorpresa a su novio mexicano.
Las amargas experiencias de esta jovencita, habrán de tardar mucho en tiempo en sanar y la pésima imagen que como país le dimos, gracias a la impericia, falta de tacto y, sobre todo, confusión en las atribuciones legales que como dependencia tiene el INM.
El pasado sábado, alrededor de las 16 horas, en el primer vuelo que pagó para trasladarse desde Mérida a la ciudad de México, fue materialmente humillada por el personal del INM, tratada como delincuente sin mediar razonamiento o justificación alguna, a la vista del resto de los pasajeros y transeúntes del aeropuerto yucateco y devuelta incluso de la última sala de espera para abordar su avión.
Cabe destacar que no se le encontró objeto o mercancía alguna de carácter ilegal, durante su revisión en los dispositivos de rayos X, ni en su equipaje ni en su persona.
No hubo tampoco de parte del personal del INM, del porqué procedían materialmente a ‘echarla’ de la sala de abordaje.
Se advierte que, como en otras ocasiones, Dahiana -N-ya había hecho sus reservaciones en un hotel de la ciudad a la que se dirigía y desde luego, tenía forma de comprobar su boleto de avión de regreso, con una fecha establecida. Lo anterior, para explicar en el marco de las nuevas formalidades que exigen autoridades estadounidenses, para garantizar que viajeros latinoamericanos a su país, por ejemplo, garanticen que no van a quedarse a residir en aquel país; esta es una política migratoria que sigue México desde hace algún tiempo, en clara réplica de lo que hace -o exige- EE UU.
Y también es dable detallar, que la joven colombiana afectada, ya ha viajado a otros puntos del interior de la República Mexicana, fronterizos incluso como Ciudad Juárez, sin intención de quedarse.
Pues esta vez fue humillada por el personal del INM en el Aeropuerto de Mérida… y de forma duplicada.
Dahiana -N- fue ‘revictimizada’, cuando suponiendo, después del bochornoso incidente donde fue bajada de la sala de abordar, que se trataba de un error o un problema con la aerolínea mexicana, del cual se encargaría más delante de aclarar con el apoyo de su novio mexicano, decide comprar otro boleto en aerolínea distinta y en otro horario, a fin de poder trasladarse a su destino, en este caso el Aeropuerto Internacional ‘Benito Juárez’ de la Ciudad de México, para de ahí trasladarse por tierra a Puebla.
Pues obtiene desafortunadamente el mismo resultado.
Una mujer de nombre Andrea Griselda, de la oficina del INM en el Aeropuerto de Mérida, fue la más intransigente y grosera con Evelyn Dahiana; se hizo acompañar por dos individuos que portaban uniforme oficial del INM, uno con fisonomía que denotaba edad madura, con calvicie y otro de composición robusta y estatura cercana al 1.80 metros.
Ella insistió varias veces en conocer la causa de esta injusticia, mostrando sus boletos pagados de avión (viajes redondos) y sus reservaciones de hotel, con fechas definidas y también pagadas. Pero no hubo una sola razón suficiente… sólo balbuceos y amenazas.
Ese es el nuevo INM de Francisco Garduño; quien ha impuesto al parecer las nuevas reglas del área penitenciaria de donde fue convocado para asumir la titularidad de un organismo que recientemente incluso fue objeto de una reforma legislativa, el 03 de abril del 2019, cuando se reformó la Ley Nacional de Migración , precisamente buscando que el INM se coordine de manera eficiente hoy en el marco pleno de la legalidad, con el Ministerio Público y las instancias de seguridad pública mexicanas a fin de evitar esto, precisamente, confusiones que agravien a los usuarios o de plano, acciones autodeterminadas para aplicar la ley al antojo o a la ‘interpretación personal’ de los funcionarios o empleados al frente de las oficinas.
Familiares y gente cercana a la víctima, se han acercado al reportero de MX Político, dando fe plena de los hechos y mostrando documentación como testimoniales que avalan la intachabilidad de la joven mujer como de su buena fé en todo momento, de conducirse en sus actos públicos y privados de manera legal, durante su estancia en México.
El INM debe asumir en los hechos, que no es autoridad competente para conocer de hechos delictuosos o de infracciones, por l que deberá inmediatamente a disposición de autoridad competente o bien, remitir al individuo que tenga quejas o dudas sobre la actuación de ese instituto, a las instancias correspondientes.
De lo contrario, estaremos ante un problema de invasión de facultades… de lo que mucho ya se ha criticado al INM de Garduño en esta administración.
hch
