Por Gilberto Celis
A propósito del poder que mina a los hombres y en un momento dado los hace sentir tan poderosos como el mismo Dios que veneran, vino aquel relato La isla de los Perros de Miguel Alemán que trata aspectos de nuestra conducta, situándolos entre los peninsulares que participaron con Hernán Cortes en la conquista y que justificaban derribar todos los ídolos paganos para afirmar su fe.
— Cuando lo que realmente buscaban era el oro de los indígenas; que, dicho sea de paso, adoraban a sus dioses en la persona del Emperador y los sacerdotes.
Al caso, igual, la observación de don Luis Bojórquez sobre el Prólogo que José López Portillo escribió en un libro editado por el Banco de Comercio cuando era director don Manuel Espinoza Yglesias:
— “Y yo tenía el poder para rescatar el espacio y redimir tiempos nuestros. Poner, junto a la plaza donde está el templo del Crucificado, el de la descuartizada. Desconcertantes caminos de sangre de esta humanidad nuestra…”
El ex presidente JoLoPo hacía referencia a la enorme piedra descubierta por un grupo de trabajadores de la Compañía de Luz y que representa a Coyolxauhqui y al momento en que posiblemente no habría otra oportunidad de darle dimensión a las proporciones centrales de nuestro origen.
— Resuelve: “…Y pude hacerlo. Simplemente dije: Exprópiense las casas…” Y, asi se conformó el Centro Histórico de la Ciudad de México.
IDENTIDAD CIUDADANA PERDIDA
Viene a colación cuando es el día uno de mayo y cuya celebración del Día del Trabajo vino cuesta abajo conforme el gobierno federal, en su proceso neoliberal, pulverizaba el sindicalismo mexicano. Así como la cívica conmemoración del natalicio de don Benito Juárez el 21 de marzo y que ahora solo es un día festivo corrido por el poder presidencial para oficialmente ‘fomentar el turismo’ así como obsequiar a los trabajadores un descanso mayor.
— Aun cuando la realidad neoliberal es lograr la pérdida de valores y símbolos patrios que sostienen en los del común nuestra pagana identidad nacional ciudadana.
— ¿Qué del Día de la Bandera, la Constitución, la Independencia?
— ¿Y dónde está conciencia social mayoritaria que ha permitido el despojo de nuestras grandezas y solemnidades?
— En la pobreza creada por la de la delincuencia neoliberal institucionalizada y concentrada en la Reserva PROPERA de SeDeSol.
— Por eso le digo.
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