El cuento al revés que López Obrador cuenta otra vez

Gilberto Celis

Por Gilberto Celis

¿La mano que mueve la cuna, será la misma que escribe el cuento al revés para contarlo otra vez? Digo, porque Miguel de la Madrid desde el GATT y Carlos Salinas desde el TLCAN buscaban tener el poder ejecutivo federal al menos 18 años para lograr imponer el Modelo Econṕmico Neoliberal; y no solo lograron el doble, 36 años, seis sexenios, sino que va en la Cuarentena.

Entre el actual tiempo Peje4trero y el de los neoliberales, hay tanta historia de sexenios de conquista presidencial que atraen y que después, al perder originalidad, se vuelven atemporales y el fin es continuidad del principio.

— ¿O sea que lo de antes alimenta después la esperanza que a su vez despierta en cada uno el deseo de transformarlo en bienestar?
— Si, y como cada uno tiene su propia visión, cada quien tiene la impresión de ser el actor principal de esa trasformación que es principio y fin a la vez.
— Al menos todavía hay esperanza
— De eso se trata, que vea una dirección distinta al final; donde todo ha cambiado, para que todo siga igual.
–- Claro, lo que debe haber se convierte en el haber sido que alimenta otro sexenio mas de lo que puede haber.
Gobernante-Dios, Predicador-Pastor

Sabe, nuestros antepasados originarios tenían a sus dioses, pero la veneración era a través del Emperador y los sacerdotes. Al transcurrir del tiempo y contrario a lo prometido, el poder mina a los hombres y liberados del compromiso contraído, en un momento dado, los hace sentirse tan poderosos como el mismo Dios que veneran.

— Y los compañeros de aventuras, debotos afiliados, cubiertos por el velo piadoso de la conversión de PRI, PAN, MC, PVEM, PT, PRD, a MoReNa, revocan el azar y le imprimen carácter de virtud en la gracia del que ahora dispone de la autoridad sagrada sexenal.

Huitzilopochtli, Coyolxauuhqui

Sobre ese poder casi divino que mina a los hombres y cuya conducta hoy día parecen asuntos de psiquiatra, un día, en el Cafe Leo, a un lado del periódico Novedades, la plática con don Luis Bojórquez fue sobre el prólogo escrito por el presidente José López Portillo y servia de introducción en un libro editado por el Banco de Comercio; cuando era su director don Manuel Espinoza Yglesias.

“…Y yo tenía el poder para rescatar el espacio y redimir tiempos nuestros. Poner junto a la plaza donde está el templo del Crucificado, el de la descuartizada. Desconcertantes caminos de sangre de esta humanidad nuestra…”

Esto es referencia a la enorme piedra descubierta por un grupo de trabajadores de la Compañia de Luz y que representa a Coyolxauuhqui y tras asegurar que posiblemente no habría otra oportunidad de darle dimnesión a las proporciones centrales de nuestro origen, López Portillo asienta:

“…Y pude hacerlo. Simplemente dije: Expropiense las casas…”

Luego ya sabemos, se conformó el Centro Histórico de la Ciudad de México y finalmente JoLoPo nacionalizó la banca y luego los dioses se vengaron al igual lo hicieron contra todos aquellos que tuvieron la osadía de hollar el templo de Huitzilopochtli.

— Y así, en el disfrute sexenal de un poder casi divino, el presidente López Obrador redime compromisos y pudo hacerlo. Simplemenet dijo vía libre al Tren Maya y al Tren del Istmo.
— Un cuento Maya-Zapoteca al revés, que se cuenta otra vez.

— Por eso le digo.

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