Por Gilberto Celis

Todo lo que han llamado reformas estructurales o leyes desde la dupla De la Madrid-Carlos Salinas a Peña Nieto, hablan de inversiones en aire, tierra, mar, recursos naturales y minerales para producir el progreso de México.

— Pero el quid está en que de la producción nada es nuestro.
— Obvio. Usted no invierte, y si no es suyo el capital que produce bienes y servicios, no son suyas las ganancias y su disfrute.
— Pues si, son ajenas a los del común, simple mano de obra barata, que precisamente por serlo, entienden que el desarrollo económico es el aumento de nuestros ingresos.
— Pues mire, así como anda la deuda externa por la quiebra nacional de Enrique Peña, cuando quiera nos puede embargar cualquier representante del país de una empresa extranjera,
— Así como cuando la guerra de los pasteles.

EL AYER DE HOY, ES EL MAÑANA

Si usted deja de dolerse, verá la queja de ayer es la misma ahora con el Presidente Enrique Peña.

— Bueno, pero en aquellos años había anarquía económica, social y política que se reflejaba en una gran inestabilidad en todo el país, ¿verdad?
— Igual ahora y peor cuando la República Mexicana ha sido convertida, por la prostitución legislativa, en una empresa transnacional con la razón social “México”.
— ¿Y qué tal el encierro perpetuo con las atractivas ratoneras neoliberales GATT, TLC y últimamente el TPP o Tratado Transpacífico?
— Luego entonces es lo mismo el gobierno de aquel entonces con los seis sexenios PRI-PAN desde Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y, Enrique Peña.
— ¿Ya siente el hedor de la New Wave con la Mea(de) PRI-PAN?

— Por eso le digo.

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