La respuesta está en el viento

Por Gilberto Celis

En lo que repican las campanas al compás del afine de la predica palaciega, para continuar como propaganda política electoral 2021 de MoReNa sin correr el riesgo de ponerla en manos de los conversos mercaderes del templo y de López Gatell; y en tanto que como bola de humo pasa la inhabilitación por la SFP a la empresa Multicorporación Brexot, no por el sobrecosto que el ISSSTE pago 300 ventiladores para pacientes de Covid 19 de $700 mil pesos a $2 millones 668 mil pesos cada uno, sino por incumplimiento de contrato y renta de avión para traer los aparatos de China, uno del común, tan común que es uno, así como escucha las campanas escucha “la respuesta, amigo mío, está en el viento que sopla”.

Claro, es Bob Dylan; mismo que ha aclarado no hay mucho que averiguar sobre esta canción, excepto que “la respuesta está en el viento…y el único problema es que nadie recoge la respuesta cuando baja”.

Y a fe mía tiene razón. Porque, entre otras cosas, porque “cuantas oídos debe tener un hombre antes de que pueda escuchar a la gente llorar…cuantas muertes tendrán que pasar hasta que él sepa que mucha gente ha muerto”.

— Y la respuesta está en el viento.

Y es que por mucho que se alce o suavice la voz y se airee en spots que ni es el gobierno federal culpable sino cada uno de nosotros responsable de la nueva mortalidad por la normalidad decembrina, pues, sabe usted, bien dicen: risueña que es la niña y luego le hacen cosquillas, pues, se carcajea.

Claudia Scheimbaun

El virus tan está y los muertos tan ya no son número sino tienen nombres de conocidos y familiares, que sabe bien que en este tiempo de pandemia política, en lo que es de su incumbencia, por segunda vez la señora Claudia Sheinbaum se desmarca del viento que sopla.

— ¿Acaso quiere que a la hora de tomar la decisión esté entrampada en el engrudo de López-Gatell que además de tener bolas, huele mal?

Después de marcar su raya de Alerta en diciembre, evitando lamparearse con un semáforo de luces navideñas, ahora la gobernadora metropolitana no la deja pasar y batea la bola del sabotaje hacia la transparencia de la información sobre el siniestro del Centro de Mando del Metro.

Y es que ante los conversos quienes en su afán de continuar en la cómoda poltrona legislativa se desgarran las vestiduras, desnudos en sus vergüenzas se ven todos iguales, no hay más que cuidar la imagen de saber cumplir con el encargo del cargo.

Porque no hay duda que en estos dos años se han destejido lo que no da sustento al gobierno del presidente López Obrador y tampoco que aunque digan también escriben o le ayudan a escribir la historia, en esto que por eso le llaman política y en todos lados, solo hay un número Uno que nadie duda conoce los atajos y las veredas para tener siempre su dedito en primera línea.

— Solo que en esto que califican como los comicios más grandes de la historia nacional, tan solo en elecciones locales están en juego más de 21 mil merecimientos.
— Oiga, y el viento sopla “¿cuantas veces un hombre debe alzar la vista antes de que pueda ver el cielo”?

— Por eso le digo.

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